martes, 22 de noviembre de 2016

Libros.

Quería verte por última vez.
Por si decides no volver.
A verme.
Sé que no tengo derecho a exigirte nada.
Pero quería verte por última vez.

Tu mirada,
que ya me encandiló una vez,
lo volverá a hacer.
Esta vez encandilará a otros ojos.
Cómo si el mundo fuese capaz de salvarse de ti.

Lo único que te pido es que te salves de ti.
Huye cuando no te quieras.
Aprende a quererte cuando llegue el momento en el que no te soportes.

Yo vi en ti infinidad de cosas buenas.
Lo juro.
Pero me enamoré de cada defecto.
Haz eso cuando tengas que quererte
Siempre.

Sé que el amor nunca dejará de llamar a tu puerta.
Pero espero que siempre que llame sea para quererte fuerte.
Pero sobre todo bien.

En esto del amor me hiciste experto tú.
Sin apenas conocer la vida suficiente.
Aquí me tienes escribiendo algo que quizás nunca leerás.
Algo que probablemente te de igual leer.
Algo, que con el tiempo, se ha convertido en meras letras de tinta en una hoja de papel sin significado real.

En eso nos convertimos.
En páginas de un libro que pasamos cuando acabamos de leerlas.
En capítulos que acaban.
En libros que dejamos olvidados en cualquier estantería deseando que el tiempo o el destino no nos haga encontrarlos de nuevo.
Llenos de polvo esta vez
O hechos polvo,
que para el caso es lo mismo.
Y nos haga sangrar lo que una vez casi nos mató.

Y aquí tienes la despedida.
Se acabó la tinta del bolígrafo
Ahora escribo con la sangre que brota de unas heridas,
que serán cicatriz gracias a la nueva persona que conocí.
Saluda a mi nuevo amor.

Salúdame.

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